Daniella Semaan, esposa de Cesc Fábregas, luce un bañador de casi 400 euros

Lo que viene siendo un capricho, para qué nos vamos a engañar. Al menos, para alguien que cobra lo que el matrimonio entre el futbolista Cesc Fábregas y su esposa, la modelo Daniella Semaan.

Ambos están disfrutando de sus vacaciones, aprovechando que el jugador del Mónaco no tiene que retornar a los entrenamientos hasta el mes que viene, en Ibiza. Y la naturaleza y layas que tiene la isla balear.

Así que el barcelonés y la libanesa, de 32 y 44 años, respectivamente, y bien conocidos por sus gustos algo excéntricos y llamativos (aún se recuerda la cantidad de velas, flores y cubertería en el bautizo de sus tres hijos), no han dudado en lanzarse al mar a bordo de un yate, tanto para bañarse y tostarse al Sol como, claro, para lucir tipazo.

Y en ese entorno bucólico, Semaan ha decidido que era el mejor momento para lucir un bañador marón de la firma italiana Fendi con detalles en negro (precisamente, grecas romanas) y bordes anaranjados.

Claro que es precioso, pero para algunos bolsillos, prohibitivo. El outfit veraniego que lleva la modelo cuesta nada más y nada menos que 390 € (y suponemos que se moja igual).

En la fotografía con la que ha querido inmortalizar el momento y que el internacional español ha subido a su cuenta de Instagram han querido dejar bien patente su amor ("Mon amour pour toujours", "Mi amor para siempre", en francés, que para algo ahora viste la elástica del Mónaco), pero sin ninguna mención al precio del mismo.

No es la primera vez que Semaan revoluciona con sus estilismos estivales. Ya el año pasado, poco después de casarse con Fábregas y también Ibiza, lució un minúsculo bikini azul que hizo correr mucha tinta en los medios ingleses.

La prenda, sin embargo, y para cualquiera que esté avispado en el mundillo de la moda, no es nueva. Con variaciones, otras estrellas de la pasarela también han lucido bañadores parecidos de la prestigiosa marca transalpina.

Sin ir más lejos, y quizá la más reconocible, haya sido Bella Hadid, que recientemente fue portada de la revista Vogue Spain con una sesión fotográfica de Zoey Grossman y cuyo estilista, Vito Castelo, se decantó en algunas de las instantáneas, que fueron rescatadas por la modelo en sus redes sociales, por el susodicho bañador.